Wednesday, October 30, 2013

Huevos, de surrealistas a rancheros

Anduve casi una semana perdida entre las fantasías de un libro; el corazón en vilo siguiendo la historia de una vida, una pasión, una obra.
Estuve leyendo Leonora, la más reciente producción de Elena Poniatowska , que obtuvo el Premio Biblioteca Breve 2011 otorgado por Seix Barral. Una vez más la escritora mexicana investiga y escribe sobre una mujer, y mezcla la biografía junto con la ficción para regalar a sus lectores un gran libro.
Leonora (Poniatowska, E. 2011, Seix Barral ) es una recreación de la historia de la pintora del grupo de los surrealistas, Leonora Carrington (1917-2011), quien desde muy joven huyó de la seguridad y riqueza de su familia en Inglaterra para perseguir el sueño de pintar sus extravagantes visiones.
Poniatowska logra adentrarse en la mente exaltada de la niña que choca de continuo con todas las normas de conducta de la familia, la escuela y de su clase social. Desde el inicio mismo del libro, Leonora declara estar escribiendo su manual de desobediencia y pone de manifiesto su personalidad fuerte y su rebeldía incurable.
A lo largo de la obra acompañamos a la joven Leonora por Londres, Italia, París, donde se reúne con el grupo más selecto de artistas de la época: Max Ernst (quien fue su amante por varios años), Breton, Duchamp, Dalí, Picasso, Tanguy, Miró y otros muchos. Leonora, pinta pero también escribe. Su belleza, inteligencia y carácter la convierten en un tesoro para el grupo.
La guerra la separa de Max, quien estuvo prisionero en un campo en Francia; Leonora enloquece y va a dar en su huída a España, donde la internan en un manicomio de Santander. Un tiempo después, en Lisboa, se encuentra con el poeta y periodista Renato Leduc y se une a él en matrimonio, escapando hacia México, país que generosamente dio refugio a muchos artistas e intelectuales que huían de la guerra, el encierro o una muerte segura.
La inglesa se queda en México, donde se rencuentra con viejos amigos de París, como la española Remedios Varo. Allí, a pesar de las diferencias culturales, crea su obra y echa raíces. Separada luego de Renato, tuvo dos hijos del matrimonio con el fotógrafo húngaro Imre Weisz (Chiki, en México) y se dedicó a ellos y a su obra con renovado fervor.
En su casa de México la visitó varias veces Poniatowska para conversar y dar vida a su libro. Ninguna de las dos sabía entonces que, muy poco tiempo después de la publicación de éste en febrero del 2011, moriría Leonora (en mayo de este mismo año) “la última de las surrealistas”. A su muerte deja una obra pictórica, literaria y escultórica impresionante.

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